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martes, 4 de julio de 2017

Seleccionado para Kultur Dealers

El mes pasado presenté un micro a la iniciativa de la Diputación de Gipuzkoa, Kultur Dealers, que ya os comenté en un post anterior.
Ayer recibí la noticia de que Cuatro Estampas había sido seleccionado. Como había un número determinado de caracteres, tuve que adaptar el micro original para que se ajustase al concurso. Los micros podrán adquirirse en las máquinas expendedoras repartidas por el territorio de Gipuzkoa.


Cuatro estampas

El despertador suena a las siete. Se levanta y prepara un café. A las ocho, baja al taller mecánico que le quedó en herencia. Despacha clientes hasta las tres. Un descanso para almorzar con el nuevo socio y vuelta al trabajo hasta las seis. Luego, a casa.
Busca ropa cómoda, se sienta a la mesa y cena un bocadillo de jamón. Entre bocado y bocado, juguetea con el dial de la radio hasta encontrar una emisora musical. Recoge las migas, va a la sala y abre una carpeta verde con cuatro estampas; son fotografías a color, diminutas, que guarda como un tesoro. Cada una aprisionada en un cartón de anillas y protegidas por un plástico transparente. Abre el cajón de una mesita, saca una lupa que proyecta hacia las estampas y aparecen los cuatro:
Tío Marcelo, en jarras con la barriga al frente, que le pegaba aquellos tirones de orejas en cuanto entraba por el taller.
Mamá, dura como el pan de pobres, arrodillada frente al mármol de la hija muerta, la que siempre fue cabal, porque no pudo ser.
Comienzan los sudores y la boca seca. Prepara un whisky. Los hielos tintinean al posar el vaso en la mesa y sigue con las estampas.
Francisco, el socio de antes, las gafas sobre la cabeza y el seso concentrado en las cuentas. Sus cuentas.
Dirige la lupa a su favorita y aparece Malva, con la sonrisa de enamorada de otro que no era él; los brazos sobre el alféizar, como si fuera a decirle:
-¡Qué sí, bobo, que me lío contigo!
Y con la nebulosa del recuerdo en la cabeza, se le dibuja una sonrisa, como si el tiempo ido -que agotó toda esperanza- le diese tregua para no tener que echar el ojo ni a Marcelo, ni a Francis, que se mueren por contar. Ni soportar la asfixia de los reproches de mamá o los sarcasmos de Malva:
- Que tú eres hombre bueno.
Pero como la ensoñación dura lo que el sol en días nublados, cierra de un manotazo la carpeta y con toda su fuerza, aplasta las hojas hasta el crujir de huesos y el brotar de la sangre. Que sigan así, pálidos e inertes.

viernes, 16 de junio de 2017

Kultur Dealers: Expendedor de microrrelatos, difusor de creatividad.



imagen tomada de la web
Ayer 15 de Junio, terminó el plazo para enviar microrrelatos para la original inciativa de la Diputación Foral de Gipuzkoa: Kultur Dealers . De esta manera el próximo otoño, la ciudadanía podrá recoger de una máquina expendedora los microrrelatos seleccionados. Esta es la segunda vez que se lleva a cabo y esperemos que cuaje entre la población. Es una manera de que todos participemos en desarrollar nuestras habilidades de escritura a través de textos cortos, haikus poesías y por supuesto, micros.  Si no has llegado a tiempo para participar, siempre te quedará recoger en otoño alguno de los textos en las máquinas expendedoras como la. de la fotografía. Los textos serán publicados en euskera y castellano.
 es una iniciativa del Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa para abrir un espacio de creación y pensamiento entre la ciudadanía. Un innovador sistema de máquinas expendedoras a pie de calle dará visibilidad al espíritu creador y literario de los/as guipuzcoanos/as.

Atzo, Kultur Dealers ekintzaren plazua amaitu egin zen. Ekintza hau, Gipuzkoako Foru Aldunditik sortuta, gure idazteko gogogak suspertzeko hasi zen. Plazu amaituta egonda ere, udazkenean gozatu ahal izango dugu, aukeratutako mikroak irakurtzen, makinatik baten bat ataratzen badozu. Anima zaitez eta irakurri!

Kultur Dealers Gipuzkoako Foru Aldundiaren Kultura Saileko ekimen bat da. Herritarren artean sormenerako eta pentsamendurako gune bat irekitzea du helburu. Kalean bertan ezarriko den makina-automatikoen sistema berritzaile batek gipuzkoarren espiritu sortzailea eta literarioa agerian jarriko du.

jueves, 15 de junio de 2017

Mariquitas

 Come el bocadillo de chocolate frente a la ventana mientras las gotas de lluvia forman hilos zigzagueantes en el cristal. Hoy, en clase, el profesor les ha hablado de esos insectos rojos con motas negras que se llaman mariquitas. Cuando ha preguntado si alguien ha visto alguna, Elisa alza el brazo y estira la mano, que ella ya sabe cómo son, que su jardín está repleto de mariquitas.
  Cuando sus padres, como todos los días, comienzan a discutir, abre la puerta que da al jardín y comienza a buscar mariquitas, sin miedo a la lluvia. La música, que está puesta  muy alta, disimula gritos y golpes. Elisa, que quisiera ser diminuta y desaparecer entre el césped,  arranca las flores y atrapa las mariquitas. Las mete en una caja con cuidado de que no escapen. Cuando ha reunido suficientes, tantas que el fondo de la caja se ve todo rojo, entra en la casa. Corre hasta su cuarto y se esconde bajo la cama. Abre la caja; Los bichitos arremolinados con sus alas duras y de un rojo brillante, comienzan a languidecer al compás del  cris-cras  de las uñas resentidas de Elisa.

lunes, 23 de enero de 2017

La fragua




FOTOGRAFIA DE JIM KAZANJIAN

Hace unos minutos que retrocedió la tormenta  y la carbonera, que abandona la cabaña, busca la barca y no encuentra más que el cabo deshilachado junto al noray. Recorre la minúscula isla en un par de minutos pero no hay rastro del balandro; la  bajamar hubiera descubierto las maderas astilladas. Sentada sobre la roca, junto a la cálida fragua, una nube deja pasar el rayo de luz que ilumina la silueta de la barca, como una sombra chinesca recortada en el horizonte. Y la carbonera, que encierra la cabeza entre sus manos, piensa en el carbón consumido, en el último estertor de humo, en la boca de agua que deja de manar. Y la masa inabarcable del océano que se desvanecerá en unos días, por entre las grietas de una playa sedienta.

martes, 17 de enero de 2017

Mis favoritos/39

imagen tomada de la web

El pasado  2 de Enero moría el pintor, escritor y crítico de arte, John Berger. Admirado por mí desde que leí sus obras "Puerca tierra" y " Una vez en Europa" y al que dediqué una reseña en su momento.
Modos de ver se escribe tras la proyección en la BBC de la serie Ways of seeing, De este libro me llamaron la atención tres cosas: primero, que siempre vemos las obras de arte condicionadas por los juicios de los expertos. Segundo, el papel  de los desnudos femeninos en el arte occidental europeo, pintados según un canon muy concreto para satisfacer la vanidad del espectador masculino. Tercero, la relación entre el uso de la técnica de pintar al  óleo y la proliferación de objetos que muestren la opulencia del propietario que encarga los cuadros. John Berger considera que "la publicidad convierte el consumo en un sustituto de la democracia. La elección de lo que uno come (o viste o conduce) ocupa el lugar de la elección política significativa. La publicidad ayuda a enmascarar y compensar todos los rasgos antidemocráticos de la sociedad. (....) La publicidad constituye una especie de sistema filosófico. Lo explica todo con sus propios términos. Interpreta el mundo."
Tanto la serie como el libro están inspiradas en "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica" escrita en 1936 por el filósofo alemán Walter Benjamin.

sábado, 14 de enero de 2017

Salto de altura

Hoy es trece de Enero. Todo el pueblo se junta en el parque: mentón elevado y brazos pegados al cuerpo. Los veteranos dedican sonrisas paternales a los quinceañeros novatos. A las dos en punto el alcalde da la señal; introduce la llave en la alcantarilla que suspende el campo gravitatorio, nos agachamos para coger impulso y nos lanzamos como cohetes hacia arriba, con decisión. Es importante afinar. Un salto demasiado elevado nos puede costar la vida. Los más pequeños, sujetos con cuerdas a farolas y árboles del parque, no dejan de animar y palmotear mientras son mecidos por el viento. Todos quieren que sus padres queden segundos. Una hora después, el alcalde restaura el campo gravitatorio lentamente, para evitar caídas bruscas. Fatigados por el esfuerzo y aliviados por volver, nos dejamos caer sobre el césped. Algunos miramos de reojo al cielo, sin querer saber. Y acto seguido, aplaudimos con fervor al flamante segundo que será el alcalde de este año. Quien no puede aplaudir es Elena, corriendo desesperada tras la silueta amada del vencedor que sube y sube como globo de helio escapado de sus dedos.