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viernes, 18 de noviembre de 2016

Desamor

Y allí sigue, en silencio, acumulando polvo, junto al proyector de cine, el barco pirata y la nave espacial. A veces me despierta su palpitar continuo y acompasado. Doy vueltas en la cama, me tapo los oídos con la almohada.  Me angustio.  Evito a toda costa la tentación de bajar. Tras una larga diástole, se detiene. Pero es un alivio momentáneo. No tarda mucho en pasearse por mis sueños y recordarme que, a pesar del olvido, alguna víscera suya quedó ahí adentro, entre las válvulas metálicas de mi nuevo implante coronario. 

2 comentarios:

  1. El olvido no es suficiente, ni arrancarse el corazón de cuajo... gana el desamor, unido y cosido al amor. Menuda pareja!!!

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  2. Como te decía allá en la página de los despojos, creo que algo queda después de un implante. Por lo menos el pensamiento lo tendrá siemore presente, claro que leyendo a Luisa, su interpretación también puede ser muy posible.
    Besicos muchos.

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