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martes, 24 de junio de 2014

Mis favoritos/35


Con esta obra irrumpió en el panorama literario Richard Yates y quedó finalista en el National  Book Award de 1961. A pesar de ello, murió olvidado, como tantos adelantados a su tiempo.
 La novela comienza con una representación de "El bosque petrificado" por parte de los vecinos de un área residencial. La protagonista es April Wheeler, que estudió arte dramático y que comprueba, no sin frustración, sus escasas dotes para la interpretación.
  A partir de esta obra de teatro, el matrimonio Wheleer entra en crisis, o más bien reconocen lo absurdo de sus vidas: unos hijos que no han deseado, un trabajo que el marido, Frank Wheeler, no ha querido, una vida de ama de casa que April detesta, todo ello envuelto en el celofán de una tranquila zona residencial, que es el ideal de bien de consumo. 
Sin embargo, todo cambia cuando April decide que deben dar un cambio a sus vidas, que Frank tiene que desarrollar su talento y que para ello nada mejor que marchar a París.
El retrato de Frank es la de un farsante: encantador de serpientes con su berborrea, egoísta y de escaso talento. Es curiosa también la escasa presencia que tienen los niños, son como muebles en la novela. Así como un perturbado, encargado de decir las verdades que nadie se atreve a confesar.
La novela es también un alegato de género. Curioso que aunque la mujer se incorporó al mundo laboral durante la segunda guerra mundial,  la mayoría dejara de ejercer aquellos empleos para rendirse al ideal de mujer satisfecha con el cuidado de los hijos, la protección del marido y la tranquila vivienda residencial , pero sobre todo lo que más me gustó de Vía Revolucionaria es la reflexión sobre lo que podemos dejar que el estilo de vida contemporáneo haga con nosotros. 
Leonardo di Caprio y Kate Wintsley volvieron a reunirse para rodar la película basada en el libro: Revolucionary Road. Desde luego, nada  que ver con Titanic.

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